Hace unos días, mi prima Nadia, de 7 años, me dijo que si la podía llevar a conocer la biblioteca donde trabajo, ya que sólo conocía la de su escuela y además le habían dejado de tarea ir a una biblioteca.
Llegamos como a las 9 de la mañana, del sábado. En la entrada de la Universidad, ya me esperaba una usuaria de derecho... Mientras caminabamos hacia la biblio, Nadia se maravillaba con las instalaciones de la ULA... Los salones, el patio, la cancha, la cafetería, y por fín... la Biblioteca.
Cuando entramos, quedó maravillada al ver los estantes y los libros. Entramos a la oficiana y seguía viendo libros por todos lados... ella estaba feliz, recorriendo los pasillos de la biblioteca y sacando los libros, pequeños y grandes, aunque casi ni los aguantaba.
Despueés de desayunar, le di una breve explicación de cómo estaban acomodados los libros y sobre el procedimiento para que los usuarios pudieran sacarlos.
Recordé que cuando era pequeña, mi papá nos llevaba a su trabajo en sábado, nos llevaba a jugar en el pasto, nos dejaba jugar con las máquinas de escribir, hacer dibujos en hojas, nos enseñaba las diferentes áreas de la agencia, los story board, las maquetas, los dibujos, carteles o mantas de los debujantes, los libros, mi hermana y yo nos poníamos a acomodar o desacomodar su escritorio...
Mi papá trabaja de lunes a viernes, casi todo el día, así que los días que estabamos más con él, eran los sábados y domingos. En ocasiones iba a trabajar uno que otro sábado y cuando iba, nos llevaba a mi hermana y a mí. Él trabajaba en una agencia de publicidad, cada que nos llevaba, nos explicaba todo el procedimiento que seguían para hacer las campañas publicitarias y me acuerdo que mi hermana y yo lo escuchabamos atentas, muy emocionadas por lo que nos comentaba.
Recuerdo que jugabamos con las máquinas de escribir, con los teléfonos, en la cocina, pero sobre todo en el jardín. Cuando estaban sus compañeros, nos regalaban dulces, galletas y libretas con hojas de colores, fotografías o diapositivas. Cuando salíamos de su trabajo nos llevaba a comer a Burguer Boy, no recuerdo si las hamburguesas eran buenas o no, pero fueron días inolvidables.
Cuando somos niños nos emocionan muchas cosas... Ojalá no perdamos esa forma de emocionarnos con las pequeñas cosas...
Del transporte público y sus usuarios
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Por fin se desocupa un lugar y pido permiso para sentarme. La chica que
ocupa el primer asiento me pregunta hasta dónde voy. ¿Importa? Necesito
sentarme,...
Hace 8 años.
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